#corazonessinmiedo
La OMS considera la violencia de género un problema de salud pública de gran magnitud, debido a su elevada prevalencia, a las graves consecuencias que tiene para la salud física y psicológica de la víctima y su entorno, y a su impacto en los servicios sanitarios.
Casi la mitad de las mujeres que sufren violencia de género buscan ayuda en los servicios sanitarios, principalmente en atención primaria. Por ello, los profesionales del ámbito de la salud juegan un papel clave para la detección temprana y abordaje de este tipo de violencia contra la mujer.
Es fundamental que todo el personal que trabaja en el sistema sanitario esté sensibilizado y formado adecuadamente ante este problema de salud, tanto para reconocer los síntomas y signos de sospecha, como para abordar los casos, activando los recursos asistenciales y sociales necesarios según cada circunstancia.